El autor hace una metáfora acerca de las diferentes habilidades y capacidades que tienen los niños y niñas para comunicarse, expresarse, pensar, hacer.
Es importante observar y valorar todas esas capacidades o lenguajes que tienen nuestros estudiantes.
A veces los maestros nos olvidamos de estos lenguajes y cortamos sus sueños, su aprendizaje, porque queremos ir por un solo camino por el de nosotras las maestras y no de los propios niños.